
Ingredientes
- 400 gr de spaghetti. Una ración puede ir entre 80 y 120 gr por persona, según gustos.
- 300 gr de carne picada (100 de magro de cerdo y 200 de babilla de ternera). La mejor carne picada es la que tú eliges en la carnicería y te la pican en el momento, olvídate de las que ya están envasadas.
- 1 zanahoria.
- 1 cebolla.
- 100 ml de vino blanco.
- 200 gr de salsa de tomate o tomate frito. Pero si te gusta con más proporción de salsa puedes incluso duplicar la cantidad de salsa de tomate.
- 50 ml de leche.
- Orégano.
- Unas hojas de albahaca para decorar.
- Aceite de oliva, sal y pimienta negra recién molida.
Preparación

- Para empezar a preparar la salsa bolognesa primero pela la cebolla y pícala bien finita.
- Pela la zanahoria con ayuda de un pelapapas, córtala por en medio y pícala fina al igual que la cebolla.
- Para cocinar la salsa es recomendable utilizar una olla porque, además de cocinar en ella la salsa, hay que añadir la pasta al final para mezclarlo todo junto ahí y poder servirla directamente en los platos.
- En la olla echa un poco de aceite y ponla a fuego medio. Cuando el aceite esté caliente incorpora la cebolla y la zanahoria junto con un poco de sal y cocínalas durante unos 10 minutos o hasta que estén tiernas. La idea es que apenas se doren así que si eso ocurre y todavía no están tiernas, baja la temperatura del fuego. Si se te va un poco de las manos y se están dorando demasiado o quemando siempre puedes, además de bajar el fuego, echar un poco de agua.
- Añade la carne picada, mézclala con el resto de ingredientes y ayúdate de una espátula para ir separándola y que no quede pegada en trozos grandes. Échale sal, pimienta negra recién molida y orégano al gusto.
- Cuando la carne deje de estar rosada sube el fuego para que esté alto, añade el vino blanco y espera a que se evapore el alcohol, tardará solamente 2-3 minutos.
- Baja el fuego para que esté suave e incorpora la salsa de tomate y la leche y déjalo cocer todo durante 20 minutos para que los sabores se fusionen y la carne quede tierna. Si conforme avanza la cocción quieres añadirle más salsa de tomate no hay problema en echársela en el momento que prefieras. Y cuando ya la tengas lista no te olvides de probarla por si hay que rectificarla de sal o añadirle más orégano o pimienta.
- Cuando ya casi esté lista la salsa bolognesa puedes ponerte a preparar la pasta. Pon abundante agua a cocer en una olla a fuego fuerte.
- Cuando hierva el agua echa una cucharadita de sal y la pasta, y en cuanto hierva el agua de nuevo (tardará muy poco) empieza a contar los minutos que indique el empaque de la pasta.
- Cuando la pasta esté lista échala sobre un escurridor en el fregadero para que suelten el agua.
- Incorpora la pasta a la olla de la salsa bolognesa con el fuego ya apagado, mézclalo todo bien y ya está listo para disfrutar.
Variantes
Si prefieres optar por un sabor más natural puedes utilizar tomate triturado e incluso tomate tamizado que ya venden en conserva. Todo depende de si te gusta con grumos o, por el contrario, prefieres una textura más líquida y homogénea.
También puedes adaptar el sofrito a tu gusto e incluso que lo vayas cambiando en cada ocasión para descubrir nuevos matices. Unos ajos cocinados junto a la cebolla y la zanahoria les van fenomenal, al igual que un poco de guindilla para darle un puntito picante e incluso añadir especias como comino o el curry para obtener un sabor diferente.
A Tomar En Cuenta

Lo de la «pasta al dente» no es ni más ni menos que no sobrecocer la pasta. De forma general estamos acostumbrados a consumir la pasta un punto más cocida pero, sobre todo cuando después se va a mezclar durante unos minutos con alguna salsa caliente o similar, procura cocerla los minutos que indica el paquete y no más porque con la salsa se ablandara todavía un poco más.
Los que suelen preparar una gran cantidad de salsa bolognesa y pueden congelarla y después consumirla con algun otro platillo.